Enseñanzas

Me has enseñado el valor de una buena conversación. Me has enseñado el camino. Me has enseñado el valor de la amistad y de la verdad. Me has enseñado el valor del trabajo, el estudio, en fin, el esfuerzo.

No tengo palabras que me permitan agradecerte todo lo que has significado en mi vida, solo puedo decirte gracias por ser, gracias por estar conmigo, gracias por mostrarme el camino por el cual debo transitar advirtiéndome de los riesgos y peligros, gracias por enseñarme a pelear, a levantarme cuando estoy en el suelo, sin importar razones. Gracias por enseñarme a estar en la lucha para ser un gato y no un ratón (algún día escribiré sobre ratones y gatos) gracias por enseñarme a perdonar.

Las lágrimas que derrame no fueron de pena como dije, sino de, felicidad por tenerte, porque en ese momento te pude abrazar y desarmar este nudo que no me dejaba decir tantas cosas, tantas cosas que no tengo el valor para decirlas, pero, sin embargo, ese día pude decir… y fue fácil, solo que nunca lo había verbalizado, por ejemplo, la relación con mi padre (algún día escribiré sobre mi padre) fue tan fácil decir que era un extraño, que no había vinculo mas que el elemental entre un padre y su hijo, ahora solo falta decírselo porque ya no puedo evitarlo, lo he evitado pensando en que es mejor para los dos, así ninguno sufre, pero el resentimiento, ya existe, y quizás solo la madurez y el tiempo me darán el perdón, solo espero que no sea demasiado tarde…

Muchas gracias profesora de la vida…